viernes, 11 de enero de 2013

Los medios y el poder


Los medios y el poder


La libertad de expresión es un elemento fundamental de la democracia. En el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, se proclama que “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. El ciudadano debe entonces tener la oportunidad de dar su opinión,  incluso - y sobretodo- cuando no coincide con la del poder.
Todo ciudadano también tiene derecho a la información. Es lógico porque no se puede tener una opinión de algo o alguien sin tener las informaciones necesarias. Lo que nos lleva a los medios y a la libertad de prensa. Se supone que el papel de los medios es simplemente informar, sin juzgar, sin influir y sin ser influido. Pero la realidad es mucho más complicada. El Estado, los políticos, redactores en jefe, grandes empresariales y propietarios de los periódicos, todos influyen en los medios, de manera u otra, lo que impide al periodista comunicar lo que quiere, cuando quiere, como quiere y dónde quiere.
La información es más poderosa de lo que se puede imaginar. Un simple comunicado, una fotografía divulgada al momento justo puede cambiar el futuro del mundo. Lo demuestran numerosos ejemplos, como el caso Strauss-Kahn. DSK fue acusado de agresión sexual, intento de violación y falso encarcelamiento por Diallo Nafissato, una camarera del Hotel Sofitel. ¿Qué realmente pasó en la famosa continuación del lujoso hotel de Manhattan? Nunca se sabrá. Lo único que se sabe por cierto es que un hombre poderoso, director del Banco Mundial, ministro de Economía y candidato favorito en las presidenciales en Francia, se ha vuelto en un hombre deshonrado y en el tema preferido de los humoristas franceses. No sé, y no me importa saber, si es culpable o no. El resultado es lo mismo, DSK ya no es considerado como un político y economista respetado pero como un perverso sexual, y el nuevo presidente de la República francesa se llama François Hollande.
Desde miles de años, los hombres utilizan las palabras como armas para acceder al poder. Por eso, cuando aparecieron los medios de comunicación, los hombres entendieron inmediatamente el poder que tenían los medios, y empezaron a querer dominarlos. Una de las primeras cosas que hicieron los dictadores, invasores y otros revolucionarios del siglo XX ha sido de tomar el control de las radios y canales de televisión. Ahora, el control de los medios por los hombres políticos es menos visible, pero todavía presente en gran parte del mundo.
En América latina, aunque la libertad de prensa haga parte de la Convención Americana de Derechos Humanos y de las diferentes Constituciones de los países americanos, en la realidad no está siempre aplicada. Según un estudio de la Sociedad Interamericana de Prensa, El 67 % de los periodistas americanos considera que la libertad de prensa está amenazada en los países del continente. Para los encuestados, el país donde más riesgos corre la libertad de prensa es Venezuela, señalado por el 82 %, seguido por Argentina (62 %), Cuba (60 %), Ecuador (60 %), Bolivia (41 %) y México (39 %), reseñó Efe.
Para el sondeo, la Sociedad Interamericana de Prensa consultó a 101 periodistas o editores de 12 países del continente y clasificó los resultados en dos grandes bloques: Suramérica y Centroamérica-México. Resultó que las amenazas a la libertad de prensa se perciben más en los países de Centroamérica-México, donde el 83 % considera que está coaccionada o en proceso de serlo, mientras que en Suramérica solamente el 54 % de los consultados piensan lo mismo.

En Venezuela, muchos reporteros se quejan de Hugo Chávez y su Gobierno, acusándoles de hostigamiento verbal, intimidación, amenaza directa, agresión física y ataque físico. Un periodista, José Antonio Puglisi, declara que la suma de estas represiones, más la coacción política, han logrado que un alto porcentaje de medios de comunicación optaran por posicionarse a favor del Estado o que permanecieran en un silencio pasivo, tal como ocurrió con las televisoras Venevisión y Televen.
Según Ecuavisa, en los últimos dos años en Venezuela se han registrado más de doscientos ataques contra medios de comunicación. A esto se suma el cierre de radios  y las sanciones a canales de televisión. Espacio Público añade que en el 2012 se cerraron 20 emisoras de radio. Los dos asuntos más discutidos fueron el de Radio Caracas Televisión (RCTV) y el de Globovisión. Al primero, un canal de televisión con 53 años de trayectoria en el país y que formaba parte de la cultura de la nación caribeña, le negaron renovar su frecuencia, lo que obligó al canal a salir del aire en el 2007.
Al segundo canal, uno de los últimos que lucha por mantener la libertad de expresión en un país donde opinar contra el Gobierno es un crimen, le multaron con más de dos millones de dólares por transmitir los incidentes ocurridos en el interior de la cárcel El Rodeo. Además, helaron sus cuentas. La multa, equivalente al 7,5% de los ingresos brutos del canal en 2010, es la excusa perfecta para dejar en banca rota a Globovisión y eliminarla del camino.
El ex periodista y actual diputado Miguel Ángel Rodríguez cuenta que no ha sido todo. El Gobierno ordenó el cierre de 34 emisoras, para luego otorgar su frecuencia a unas nuevas emisoras comunitarias que serían coordinadas y gestionadas desde el poder Ejecutivo.
El 18 de Septiembre, el director de RCTV, Marcel Granier, y el director del departamento de las Américas en Reporteros sin Fronteras, Benoit Hervieu, fueron a denunciar en la Eurocámara la falta de libertad de prensa en Venezuela. Granier declaró en la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo que en Venezuela, "pese a la imagen que intenta darse al exterior, no existe libertad de expresión", una circunstancia "que es pilar para la democracia y que la amenaza gravemente." El director de RCTV siguió con el relato de los hechos que ocurrieron en 2007, cuando su canal, de línea editorial crítica con el Gobierno de Hugo Chávez, no pudo renovar su frecuencia porque las autoridades se le negaron. También denunció "las amenazas contra la Justicia y el derecho a la vida" en Venezuela y dijó que "en los últimos 14 años se han multiplicado por cuatro los homicidios, y el 90 % de las muertes no han sido investigadas." Benoit Hervieu señaló, por su parte, que en Venezuela "los periodistas vivan con inseguridad."

Algunos vieron con mal ojo el hecho de que la audiencia fue celebrada poco antes de las elecciones venezolanas. Uno de ellos, Willy Meyer, europarlamentario y miembro del partido Izquierda Unida, denunció que la discusión sobre la libertad de prensa en Venezuela celebrada poco antes de las elecciones venezolanas eran "un acto electoral puro y duro orquestado por la derecha europea." Incluso calificó de "golpista" a Garnier por la participación que tuvo su televisión, según él, en el golpe de Estado de 2002.

Por cierto, también se encuentran numerosos partidarios del Gobierno y algunos artículos largos y detallados argumentando que Venezuela es “uno de los países con mayor libertad de expresión en el mundo”, como el de Luis Britto García, un escritor y partidario conocido de Hugo Chávez.
El 22 de diciembre, la Asamblea Nacional votó la ley Resortemec. La legislación se aplicará igualmente a los sitios Web. Multas reforzadas, suspensión -o interdicción en caso de recidivas- del medio están previstas por la reforma de la ley de responsabilidad social en radio y televisión (RESORTE), en el artículo 8, estipulando que “En los servicios de radio, televisión, y medios electrónicos, no está permitido en ningún horario la difusión de los siguientes tipos de mensajes, según el caso”:
2. Aquellos que pudieran incitar o promover al odio y la intolerancia por razones religiosas, políticas, por diferencia de género por racismo o xenofobia.
3. Aquellos que pudieran incitar o promover y/o hacer apología al delito. 
4. Aquellos que pudieran constituir propaganda de Guerra 
5. Aquellos que puedan constituir manipulaciones mediáticas dirigidas a fomentar zozobra en la ciudadanía o alterar el orden público. 
6. Aquellos que estén destinados a desconocer las autoridades legítimamente constituidas, irrespetar a los Poderes Públicos o personas que ejerzan dichos cargos.
7. Aquellos que pudieran inducir al magnicidio.
8. Aquellos que pudieran incitar o promover el incumplimiento del ordenamiento jurídico vigente.
La mayoría de los puntos son válidos en toda legislación, a condición de no ser interpretados de una manera desviada. Pero los puntos 3, 5 y 6 amenazan la libertad de expresión porque son demasiado imprecisos y dejan demasiado sitio para la interpretación, y entonces para las acusaciones excesivas.
“La interpretación”, una palabra clave cuando se habla de los medios de comunicación. Según su origen, su religión, su punto de vista político, su nivel de vida, su entorno, cada individuo interpreta las informaciones de manera diferente. Todos llevamos unas gafas que deforman nuestra visión de la realidad. Todos, incluso los periodistas. Por eso, pienso que hay que poner cada artículo, cada información que leemos con muchas precauciones para no caer en la trampa de creer en todo lo que leemos, sin ir más allá. De la misma manera, si creo que la libertad de expresión en los medios es fundamental, creo que es tanto importante como la crítica constructiva cuando se trata de hacerse una opinión. Pero bueno, eso es solo mi opinión.

Enlaces interesantes :

Britto García:
Proyecto de ley Resorte:

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