Los medios y el poder
La libertad de expresión es un elemento
fundamental de la democracia. En el artículo 19 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, se proclama que “Todo individuo tiene derecho a
la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser
molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y
opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión”. El ciudadano debe entonces tener la oportunidad de dar su
opinión, incluso - y sobretodo- cuando
no coincide con la del poder.
Todo ciudadano también tiene derecho a la
información. Es lógico porque no se puede tener una opinión de algo o alguien
sin tener las informaciones necesarias. Lo que nos lleva a los medios y a la
libertad de prensa. Se supone que el papel de los medios es simplemente
informar, sin juzgar, sin influir y sin ser influido. Pero la realidad es mucho
más complicada. El Estado, los políticos, redactores en jefe, grandes empresariales
y propietarios de los periódicos, todos influyen en los medios, de manera u
otra, lo que impide al periodista comunicar lo que quiere, cuando quiere, como
quiere y dónde quiere.
La información es más poderosa de lo que se
puede imaginar. Un simple comunicado, una fotografía divulgada al momento justo
puede cambiar el futuro del mundo. Lo demuestran numerosos ejemplos, como el
caso Strauss-Kahn. DSK fue acusado de agresión sexual, intento de violación y falso encarcelamiento por Diallo
Nafissato, una camarera del Hotel Sofitel. ¿Qué realmente pasó en la famosa
continuación del lujoso hotel de Manhattan? Nunca se sabrá. Lo único que se
sabe por cierto es que un hombre poderoso, director del Banco Mundial, ministro
de Economía y candidato favorito en las presidenciales en Francia, se ha vuelto
en un hombre deshonrado y en el tema preferido de los humoristas franceses. No
sé, y no me importa saber, si es culpable o no. El resultado es lo mismo, DSK
ya no es considerado como un político y economista respetado pero como un
perverso sexual, y el nuevo presidente de la República francesa se llama
François Hollande.
Desde miles de años, los hombres utilizan las
palabras como armas para acceder al poder. Por eso, cuando aparecieron los
medios de comunicación, los hombres entendieron inmediatamente el poder que
tenían los medios, y empezaron a querer dominarlos. Una de las primeras cosas
que hicieron los dictadores, invasores y otros revolucionarios del siglo XX ha
sido de tomar el control de las radios y canales de televisión. Ahora, el
control de los medios por los hombres políticos es menos visible, pero todavía
presente en gran parte del mundo.
En América latina, aunque la libertad de
prensa haga parte de la Convención Americana de Derechos Humanos y de las
diferentes Constituciones de los países americanos, en la realidad no está
siempre aplicada. Según un estudio de la Sociedad Interamericana de Prensa, El
67 % de los periodistas americanos considera que la libertad de prensa está amenazada
en los países del continente. Para los encuestados, el país donde más riesgos
corre la libertad de prensa es Venezuela, señalado por el 82 %, seguido por
Argentina (62 %), Cuba (60 %), Ecuador (60 %), Bolivia (41 %) y México (39 %), reseñó
Efe.
Para el sondeo, la Sociedad Interamericana de Prensa consultó a 101 periodistas o editores de
12 países del continente y clasificó los resultados en dos grandes bloques:
Suramérica y Centroamérica-México. Resultó que las amenazas a la libertad de
prensa se perciben más en los países de Centroamérica-México, donde el 83 %
considera que está coaccionada o en proceso de serlo, mientras que en
Suramérica solamente el 54 % de los consultados piensan lo mismo.
En Venezuela, muchos reporteros se quejan de
Hugo Chávez y su Gobierno, acusándoles de hostigamiento verbal, intimidación,
amenaza directa, agresión física y ataque físico. Un periodista, José Antonio
Puglisi, declara que la suma de estas represiones, más la coacción política,
han logrado que un alto porcentaje de medios de comunicación optaran por
posicionarse a favor del Estado o que permanecieran en un silencio pasivo, tal
como ocurrió con las televisoras Venevisión y Televen.
Según Ecuavisa, en los últimos dos años en Venezuela se han registrado más de doscientos
ataques contra medios de comunicación. A esto se suma el cierre de radios
y las sanciones a canales de televisión. Espacio Público añade que en el
2012 se cerraron 20 emisoras de radio. Los dos asuntos más discutidos fueron el
de Radio Caracas Televisión (RCTV) y
el de Globovisión. Al primero, un canal de televisión con 53 años de
trayectoria en el país y que formaba parte de la cultura de la nación caribeña, le negaron renovar su frecuencia, lo que obligó
al canal a salir del aire en el 2007.
Al segundo canal, uno de los últimos que lucha por mantener
la libertad de expresión en un país donde opinar contra el Gobierno es un
crimen, le multaron
con más de dos millones de dólares por transmitir los incidentes ocurridos en el
interior de la cárcel El Rodeo. Además, helaron sus cuentas. La multa, equivalente al 7,5% de los
ingresos brutos del canal en 2010, es la excusa perfecta para dejar en banca
rota a Globovisión y eliminarla del camino.
El ex periodista y actual diputado Miguel
Ángel Rodríguez cuenta que no ha sido todo. El Gobierno ordenó el cierre de 34 emisoras, para luego otorgar su frecuencia
a unas nuevas emisoras comunitarias que serían coordinadas y gestionadas desde
el poder Ejecutivo.
El 18 de Septiembre, el director de RCTV, Marcel Granier, y el director del
departamento de las Américas en Reporteros sin Fronteras, Benoit Hervieu, fueron
a denunciar en la Eurocámara la
falta de libertad de prensa en
Venezuela. Granier declaró en la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo que
en Venezuela, "pese a la imagen que intenta darse al exterior, no existe
libertad de expresión", una circunstancia "que es pilar para la
democracia y que la amenaza
gravemente." El director de RCTV siguió con el relato de los hechos
que ocurrieron en 2007, cuando su canal, de línea editorial crítica con el Gobierno de Hugo Chávez, no
pudo renovar su frecuencia porque las autoridades se le negaron. También denunció "las amenazas contra la Justicia y el derecho a la vida"
en Venezuela y dijó que "en los últimos 14 años se han multiplicado
por cuatro los homicidios, y el 90 % de las muertes no han sido investigadas." Benoit Hervieu
señaló, por su parte, que en Venezuela "los
periodistas vivan con inseguridad."
Algunos vieron con mal ojo el hecho de que
la audiencia fue celebrada poco antes de las elecciones venezolanas. Uno de
ellos, Willy Meyer, europarlamentario y miembro del partido Izquierda Unida, denunció
que la discusión sobre la libertad de prensa en Venezuela celebrada poco antes
de las elecciones venezolanas eran "un acto electoral puro y duro orquestado por la derecha europea."
Incluso calificó de "golpista" a Garnier por la participación
que tuvo su televisión, según él, en
el golpe de Estado de 2002.
Por cierto, también se encuentran numerosos
partidarios del Gobierno y algunos artículos largos y detallados argumentando
que Venezuela es “uno de los países con mayor libertad de expresión en el
mundo”, como el de Luis Britto García, un escritor y partidario conocido de
Hugo Chávez.
El 22 de diciembre, la Asamblea
Nacional votó la ley Resortemec. La legislación se aplicará igualmente a los
sitios Web. Multas reforzadas, suspensión -o interdicción en caso de recidivas-
del medio están previstas por la reforma de la ley de responsabilidad social en
radio y televisión (RESORTE), en el artículo 8, estipulando que “En los
servicios de radio, televisión, y medios electrónicos, no está permitido en
ningún horario la difusión de los siguientes tipos de mensajes, según el caso”:
2.
Aquellos que pudieran incitar o promover al odio y la intolerancia por razones
religiosas, políticas, por diferencia de género por racismo o xenofobia.
3.
Aquellos que pudieran incitar o promover y/o hacer apología al delito.
4.
Aquellos que pudieran constituir propaganda de Guerra
5.
Aquellos que puedan constituir manipulaciones mediáticas dirigidas a fomentar
zozobra en la ciudadanía o alterar el orden público.
6.
Aquellos que estén destinados a desconocer las autoridades legítimamente
constituidas, irrespetar a los Poderes Públicos o personas que ejerzan dichos cargos.
7.
Aquellos que pudieran inducir al magnicidio.
8.
Aquellos que pudieran incitar o promover el incumplimiento del ordenamiento
jurídico vigente.
La mayoría de los puntos son
válidos en toda legislación, a condición de no ser interpretados de una manera
desviada. Pero los puntos 3, 5 y 6 amenazan la libertad de expresión porque son
demasiado imprecisos y dejan demasiado sitio para la interpretación, y entonces
para las acusaciones excesivas.
“La interpretación”, una palabra clave cuando
se habla de los medios de comunicación. Según su origen, su religión, su punto
de vista político, su nivel de vida, su entorno, cada individuo interpreta las
informaciones de manera diferente. Todos llevamos unas gafas que deforman
nuestra visión de la realidad. Todos, incluso los periodistas. Por eso, pienso
que hay que poner cada artículo, cada información que leemos con muchas
precauciones para no caer en la trampa de creer en todo lo que leemos, sin ir
más allá. De la misma manera, si creo que la libertad de expresión en los
medios es fundamental, creo que es tanto importante como la crítica constructiva
cuando se trata de hacerse una opinión. Pero bueno, eso es solo mi opinión.
Enlaces
interesantes :
Britto García:
Proyecto
de ley Resorte: