China, el país de los antagonismos o la radiografía de una China en proceso de cambio
En muy poco
tiempo, China ha pasado de la miseria, las guerras y el hambre a la riqueza, la
modernidad y el consumismo. Dicen que China se convertirá en la primera
potencia mundial dentro de pocos años. Pero la nueva China no es el paraíso de
la riqueza ni avanza con firmeza hacia los derechos humanos. El viejo comunismo
paraliza la libertad de expresión y se ha denunciado, repetidas veces, la
censura que el régimen practica en Internet. La corrupción retrata a una parte
de la clase política china en la que el pueblo ha dejado de creer.
China celebra en
esos días el decimoctavo Congreso central del Partido Comunista. Una cita que
tiene lugar cada cinco años, pero que en esta ocasión será más relevante porque
se elegirá a los dirigentes del país para los próximos diez años. Los que van a
hacer frente a varios retos como los desequilibrios sociales, la corrupción,
los problemas medio ambientales y la desaceleración de la economía.
China ha tenido
una tasa de crecimiento prodigioso de casi un 10%, Parte de los beneficios de
las empresas se han basado en la maniobra de inmigrantes del campo. Es la historia reciente de un
país que ha sido capaz de sacar a seis cientos millones de personas de la
pobreza en apenas 30 años. No obstante, el crecimiento económico en China ha
empezado a mostrar algunas grietas y ahora está en un ritmo
de crecimiento más modesto de un 7,2%. Además, el crecimiento ha llevado a muchos
problemas nuevos como la corrupción, el robo, la prostitución.
Los nuevos jóvenes
millonarios que pasean sus choches de lujos son una de las dos caras de la
China de hoy, una China que crece a dos velocidades. Actualmente, unos 680 mil millonarios viven
en Pekín y el país cuenta con más de un millón de millonarios. Esas cifras
pueden parecer enormes, pero hay que tener en cuenta que China es el país más
poblado del mundo, con más de 1,3 mil millones de personas. Significa que al
lado de esa minoría rica, viven millones de pobres. Aunque exista una clase
media, todavía es poco numerosa y la diferencia entre ricos y pobres es colosal.
El
choque cultural debido a su apertura al
mundo y, por consiguiente, a la economía global y al consumismo, da a este país
sorprendente la imagen de “un niño que habría crecido mucho, pero los pantalones
son los mismos y le han quedado cortos”*.
China ha
dado un paso enorme hacia la modernidad y, económicamente, ha crecido de manera
extraordinaria. Pero a mi parecer, ahora lo único que le queda es
madurar y crecer desde un punto de vista político, social y ambiental.
*Juan Cornet, el inmigrante español que más tiempo lleva en el país
Xi Jinping, el próximo presidente chino
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