Este viernes se
inauguró en el Teatro Falla de Cádiz la XXII Cumbre Iberoamericana. El
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, subrayó en su discurso la importancia de
trabajar juntos en busca del progreso y del crecimiento económico y afirmó que “más
que una tradición que continuar, tenemos un futuro que realizar”.
Rajoy certificó que
España es “la plataforma más cercana” que los países americanos tienen como
acceso a la “mayor área de prosperidad del mundo” que es Europa, a pesar de la
crisis económica actual. El presidente añadió que “Si en el pasado América
Latina fue una oportunidad para Europa, hoy Europa es una oportunidad para
América Latina”.
El Rey Juan
Carlos también estuvo presente, pese a sus problemas de salud, y tomó la palabra para
instar a una mayor cooperación y conexión entre los países iberoamericanos para
“hacerse oír en el mundo de una sola voz”.
La cita, que España
acoge por primera vez desde 2005, aspira a dar un nuevo impulso a este foro,
creado por iniciativa de España y México en 1991, y que ha ido perdiendo interés
entre sus miembros, como refleja el alto nivel de ausencias registrado en
algunas de sus últimas ediciones. En la cumbre el número de ausentes se elevó a
siete. Faltarán a la cita Daniel Ortega, presidente
de Nicaragua, los
presidentes de Cuba, Raúl Castro -que nunca ha acudido a estas reuniones-; Venezuela,
Hugo Chávez; Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y Uruguay, José Mujica;
Guatemala, Otto Pérez-Molina, por el reciente terremoto que ha afectado a su
país, y Paraguay, Federico Franco.
Uno de los temas
centrales en las conversaciones entre los líderes fue el análisis de la
situación económica mundial, con una particular atención a las crisis de deudas
soberanas en la 'eurozona', y las maneras de afrontar esta situación de manera conjunta.
Efectivamente, España es el segundo inversor en América Latina, por
consiguiente sus exportaciones también se ven afectadas por la crisis en la
'eurozona'.
También
se espera que en la Cumbre de Cádiz se apruebe algunas iniciativas nuevas de
cooperación, como el lanzamiento de un sistema de investigación y cooperación
policial en seguridad ciudadana, que permitirá el intercambio de información entre
los países, como el cruce de datos sobre delincuentes en búsqueda y captura.
España
aspira además a facilitar el intercambio de profesionales cualificados entre
los países iberoamericanos, lo que debería cristalizar en un futuro en la
agilización de visados, entre otras facilidades. El presidente ecuatoriano se unió a los deseos de intercambio que tiene España, declarando que Ecuador estaba
dispuesto a acoger españoles y a proponerles trabajo.
En
fin, se pretende adoptar una Carta iberoamericana de las pymes, un primer paso
para facilitar la instalación de pymes en otros países de la Comunidad
Iberoamericana.
La ciudad de Cádiz
es el símbolo del lazo histórico que une España al viejo continente, ya que era
la puerta hacia este Nuevo Mundo lleno de oportunidades. En el siglo XV, los
barcos se hacían mar adentro con la esperanza de encontrar el oro necesario para
salir de la crisis. Hoy la historia se repite y España vuelve a buscar en sus
viejas colonias unas soluciones a la crisis actual. La Cumbre ha demostrado la
necesidad de unión entre las dos orillas del océano Atlántico.
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